Mar, 15 \15\+02:00 julio/08 por rocio7
La pasión por el coleccionismo tiene no pocas explicaciones, que han sido resumidas en libros, foros y otros lugares donde se comparten curiosidades y conocimientos. Desde el coleccionismo de cromos, perfectamente recreado por Javier Conde en el libro «Lo tengo, no lo tengo», al de chapas de cava, postales, figuras de nacimiento, sellos, relojes, etc… Hay múltiples razones que nos llevan a buscar, cambiar o simplemente comprar cosas que supuestamente forman parte de un todo que nunca, eso lo sabremos más tarde, conseguimos completar.
El coleccionismo de muñecas comparte muchas de estas razones y aporta otra nuevas, que tienen mucho que ver con la importancia que le prestamos al pasado, a nuestros recuerdos, a la belleza, a la moda, o a la elegancia intemporal, especialmente.
He conocido a muchos coleccionistas dentro y fuera de España y nadie parece recordar exactamente lo que le llevó a guardar o comprar una primera muñeca, pero sí, prácticamente sin excepciones, todos y todas las coleccionistas recuerdan cual fue esa primera «carita» que despertó su afición, afirmando igualmente que nunca se han desprendido de ella.
Para más información consulta esta web
Debe estar conectado para enviar un comentario.